lunes, 8 de mayo de 2006

Cautivo



El calor es húmedo y sofocante, es difícil respirar. No hay aire ni luz, la espera es indecible.

Estoy a merced de otra voluntad, no hay razón ni sentido en pensar o actuar, sólo esperar se ha vuelto la única razón, esperar que algo más suceda, y cada momento es peor, nada sucede.

Estoy sometido, atrapado, condenado al deseo de alguien más. Es la rendición. Que hagan de mi lo que quieran, pero que nunca me den la espalda.

Mi derrota y cautiverio me hacen más fuerte, la vejación alimenta mi fuerza para sobreponerme ante todos; llagar más alto, ir más lejos.

Hoy estoy hundido y humillado, eso nutre la fuerza que me levantará mañana y dejaré de ser cautivo para no serlo nunca más.

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