lunes, 10 de noviembre de 2008

13

SENTÍA EL CALOR EN EL ROSTRO, las llamas se reflejaban en los cristales de los edificios, el tiempo parecía transcurrir cada vez más lento y todo el sonido a mi alrededor se desvanecía hasta desaparecer. Sentía el calor en el rostro. Me quedé estático contemplando los autos que estallaban a mi alrededor, no podía evitar la angustia por el caos que sucedía y aún así no conseguía moverme, había algo de fascinación en toda la escena, en la muerte sucediendo tan cercana e inevitable, el calor en el rostro. De entre el fuego y los cristales reventando alcancé a ver una figura, inmutable, calmada, llena de paz, a contra luz no pude distinguir su rostro, ni siquiera cuando estuvo a unos centímetros del mío. -tu cara esta ardiendo- dijo sin más y sin esperar respuesta me besó, tomó mi mano y me arrastró al fuego donde nos perdimos para siempre.

3 comentarios:

Alejandro Uranga dijo...

El relato que más me ha gustado.

Cerber dijo...

Oye, gracias por este y tus otros comentarios, que bien que te hayan gustado.

Sr No quiero dijo...

uiuuuuu.. con su fans!!! que bueno que no mas fue una cogida y no una quemada...oye ya volvi.. aghhh me caga decirlo asi pero ni mocos... bueno saludos y lo quiero mucho monquis!!! por cierto ya actualice mi blogs mano!!!